lunes, 19 de enero de 2015

PARACELSO, el médico alquimista.

Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim, también Theophrastus Bombast von Hohenheim, conocido como Paracelso o Teofrasto Paracelso.  


Nació en 1493 en Einsiedeln, Suiza; su padre era médico. Su padre le enseñó las primeras letras y , desde niño acompañó a su padre en las visitas a enfermos. A los 6 años de edad murió su madre. Tenía 8 años cuando se trasladaron a los Alpes austríacos, a Villach, junto a una abadía de los benedictinos. Allí conoció las minas y los hornos y el arte de separación de elementos químicos. Recibió su primera educación de los monjes del monasterio. Primero estudió las artes liberales, probablemente en Viena, para luego ser médico, y, con ese fin, se fue a Ferrara, en Italia. Allí al parecer se tituló de doctor, y siguiendo la costumbre de la época, latinizó su nombre y eligió el de Paracelsus que en latín significa “superior a Celso” haciendo referencia a un médico romano del siglo I de nuestra era.

Creía en el concepto griego de los 4 elementos (agua, tierra, aire y fuego).


Como médico hizo grandes contribuciones a la disciplina siendo el primero en utilizar químicos y minerales, por ejemplo, a Paracelso debemos el Láudano que era utilizado en aquel entonces para reducir los dolores; además combinaba todos estos conocimientos con su visión hermética del mundo: mencionaba que el bienestar emocional redundaba en el bienestar físico, esta idea no es desconocida en el siglo XXI pero en pleno siglo XVI resultaba una completa locura hablar en estos términos, así que podemos afirmar que Paracelso fue todo un visionario que se adelantó por mucho a su tiempo.

Desde muy temprano fue un incansable viajero, visitando una gran variedad de países entre Escandinavia y el Oriente Medio. Se sabe que alrededor de 1522 estaba ejerciendo la cirugía. Aunque en esta época, salvo excepciones, las dos profesiones estaban separadas, Paracelso estaba en contra de la idea que tenían entonces muchos médicos de que la actividad manual debía estar relegada a los estratos inferiores.

Más tarde trató de establecerse como médico en Salzburgo, lo que le causó muchos problemas por su actitud contra la medicina profesional. No obstante, su fama le reportó una amplia clientela y bastantes discípulos. Pronto chocó con colegas, amigos, estudiantes, pacientes y demás.

Publicó un manifiesto en el que expresaba su disconformidad con la medicina hipocrática y galénica.

Siguió dando clases basándose en su experiencia y junto a la cama de los enfermos.

Paracelso consideró al universo como una gran farmacia y a Dios como el "boticario supremo". En su obra, toda realidad natural se convierte en fármaco siempre que el médico, mediante la observación y la alquimia, sepa descubrir los diversos modos de su acción sobre el organismo. Así, el hombre, entre Dios y la naturaleza, debe erigirse en un explorador y administrador de tales tesoros curativos. Paracelso trasciende, por tanto, la vieja idea de que el médico es un "servidor de la naturaleza". No es raro que no tuviera problemas en utilizar medicamentos químicos o de origen mineral frente a los cuales los clásicos y los médicos de su época fueron tan cautos. Para él enfermedad y remedio "se atraían"y el médico debía hacer lo posible para encontrarlo en la naturaleza.


Paracelso, al considerar que el origen de la enfermedad era químico, buscó en la alquimia los medios para combatirla. Nació así el concepto de Arcano: ente inmortal existente en todo lo que cura, es decir algo inmaterial que tiene en sí poder de generar, transformar, cambiar y renovar los cuerpos, produciendo o protegiéndolos de la enfermedad y así influyendo directamente sobre la vida. Para Paracelso el mundo estaba lleno de arcanos que Dios, Sumo Boticario, había creado y puesto en él, para que el hombre los buscara y los estudiara hasta ser capaz de conocerlos y aplicarlos.

Todo es veneno, nada es sin veneno. Sólo la dosis hace el veneno.

Según dicha observación, todas las sustancias son tóxicas a dosis altas, como el agua, el oxígeno y las vitaminas. Los venenos son sustancias nocivas a dosis o concentraciones muy bajas.


La diferencia entre un veneno y un fármaco es la dosis administrada o acumulada en el cuerpo, pero generalmente un veneno es mortal a una determinada dosis y sin ninguna función terapéutica.

Paracelso trató químicamente drogas y minerales, e incluso modificó los medicamentos ya conocidos desde la antigüedad, y así extrajo sus quintaesencias, con las que preparó extractos y tinturas, base de todos sus medicamentos.

Los logros más destacados de su actividad alquímica fueron:

  •       Fue el primero que obtuvo el láudano a partir del opio, y así lo llamó.
  •       Empleó el alcohol para obtener las quintaesencias.
  •       Usó muchísimo el mercurio, bien como metal, bien como sal.
  •       Usó el sulfato básico de Hg., después llamado "Turbit Mineral", contra la sífilis, en lugar de usar el guayaco, como prescribían los demás médicos. Obtuvo el sublimado corrosivo de Hg. y el calomel: cloruro de mercurio.
  •       Obtuvo y usó el antimonio y al oxícloruro de antimonio le llamó "mercurius vitea".
  •       Mencionó el Zinc, al que llamó el metal bastardo. También conoció el uso del plomo, del arsénico, del hierro, del cobre, del cobalto y del bismuto.
  •       Inventó preparados como el "elixir de la propiedad", el "específico anodino" y el "espíritu vitrioli antiepilectidis" o Licor de Hoffman que junto al láudano han pasado a la posteridad.

Toda esta oposición frontal de sus colegas no pudo con él, que apoyado por los ciudadanos de Basilea siguió impartiendo sus clases en alemán y admitiendo en ellas a quien quería. Hasta que en 1528 curó a un clérigo aquejado de gota, y cuando quiso cobrar sus honorarios, éste se negó a pagárselos. Paracelso recurrió a los Tribunales reclamando la deuda, pero perdió el pleito. Entonces, sintiéndose injustamente tratado por la Ley, se enfrentó a los jueces, empleando contra ellos un lenguaje un tanto grosero. Esta vez fueron las autoridades judiciales las que se pusieron en su contra.

Para evitar ir a prisión, huyó de Basilea, estableciéndose en Nuremberg, Baratzhausen y San GaIl En estos lugares ejerció la medicina sencillamente, siguió dictando sus clases en posadas o en tabernas, donde las escuchan gentes de todas clases sociales, a la vez que escribió sus obras. Y bebió mucho.

También combatió a los farmacéuticos, a los que dijo que si a él le trataban como a un enemigo era porque no llenaba sus bolsas, al no prescribir nunca a sus enfermos sus carísimas preparaciones. Les acusó de fraude, al sustituir en sus preparaciones los componentes mas caros por otros mas baratos, pero cobrando siempre los mas caros y pidió continuamente inspecciones efectivas de las boticas.

En la última etapa de su vida se hizo predicador laico y viajó por el Tirol, Baviera y Bohemia, falleciendo en 1541 en el hospital de Salzburgo, debido a un cáncer de hígado.

2 comentarios:

  1. ¡¡Apasionante la vida de Paracelso!! Fue también un defensor de la Teoría de los Signos por la que afirmaba: "Todo vegetal está señalado por la naturaleza; y para lo que él nos singnifica para eso es bueno"
    Gracias por recordarnos su vida.

    Un abrazo

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  2. Gracias por tu valioso aporte, Trini. Todo un señor investigador de campo, si.

    Siempre en búsqueda de la "quintaesencia" aristotélica, sobre todo en las plantas y sus aceites esenciales con los que elaboraba sus remedios para la sanación de sus pacientes, gracias a ese quinto elemento fundamental que conformaría todo ser vivo.

    No iban mal encaminados....

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