Llegada la temporada estival, un tema muy recurrente en las consultas a dermatólogos y farmacéuticos es la presencia y proliferación de los molestos hongos.
Os dejo mi última colaboración con la revista "correofarmacéutico" donde podréis aprender como evitarlos.
El calor y la humedad del verano son factores que hacen aumentar los casos de hongos en las consultas dermatológicas. Ya no sólo porque son condiciones óptimas para su desarrollo, sino porque favorecen una serie de hábitos que facilitan su propagación: pies descalzos, mayor uso de piscinas, duchas colectivas e instalaciones deportivas.
Extremar la higiene, mantener las zonas más vulnerables secas y usar un calzado adecuado previenen algunas infecciones; otras son más difíciles de evitar
El hongo más habitual en estas fechas es la tiña, y más concretamente la tiña podal o pie de atleta, que se da entre los dedos de los pies. Ésta puede desarrollarse por contagio con otras personas o por el desarrollo de hongos ya presentes en la persona afectada.
"El paciente puede arrastrar su micosis en los pies durante años y manifestar sintomatología cuando aumentan las condiciones locales de temperatura, humedad y oclusión", explica Vicente Crespo, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Carlos Haya, de Málaga.
La mayoría de las infecciones por hongos en la piel es leve y se cura con antimicóticos tópicos
También es habitual la tiña de las uñas, que puede afectar a una o más uñas de las manos o, más frecuente, de los pies. "El hongo penetra en la parte recién formada de la uña, produciendo engrosamiento, pérdida de brillo y deformación", sintetiza Óscar Cobos, farmacéutico experto de dermofarmacia.
Los expertos también mencionan la pitiriasis versicolor, que suele ser asintomática y afecta sobre todo a la espalda y al pecho, donde aparecen manchas en la dermis. "En este caso el problema no es el contagio, sino una serie de factores que hace que se reproduzca mucho más en la piel de determinadas personas: exceso de temperatura, sudoración y humedad", señala Antoni Campoy, jefe del Servicio de Dermatología de Idcsalud-Hospital General de Cataluña.
Según Crespo, aunque se cura con bastante facilidad, los afectados deben ser conscientes de que los síntomas reaparecerán cuando llega el verano y tendrán que recibir tratamiento todos los años.
La pitiriasis versicolor se cura con facilidad pero los síntomas reaparecen cada verano
BAÑADOR MOJADO
Y algo parecido ocurre con la vulvovaginitis por Cándida, que forma parte de la flora normal de la vagina y del tubo digestivo, y en verano se extiende con mayor asiduidad por un aumento de la humedad y la temperatura, sobre todo al mantener puesto el bañador, sin secarse, durante mucho tiempo.
A nivel general, los principales síntomas de las infecciones por hongos son enrojecimiento, picor, sensación de quemazón, grietas o descamación, ampollas, mal olor, hiperhidrosis y, en ocasiones, dolor. La mayoría de estas dolencias es leve y a menudo se cura utilizando cremas antimicóticas, aunque también hay tratamientos que se ingieren por vía oral, obligatorios si se quiere alcanzar una curación definitiva de determinadas infecciones: las tiñas del cuero cabelludo, las que afectan a las uñas y/o a la zona plantar y las que muestran más de una lesión en otras localizaciones.
Para evitar el contagio por hongos, los expertos insisten en que es importante mantener una buena higiene, lavarse las manos a menudo, sobre todo después de tocar animales, ducharse después de practicar deporte e intentar mantener los pies limpios y secos, especialmente entre los dedos.
Un correcto calzado también es vital. "El calzado cerrado es una buena incubadora", afirma Óscar Cobos, que añade que lo mejor es no usar el mismo par dos días seguidos.
DIFÍCIL PREVENIR
La pitiriasis versicolor es más difícil de evitar. "En algunos pacientes se recomienda terapia antifúngica periódica y se les aconseja evitar lo que le provoque exceso de sudoración, como ropa apretada, y usar cremas grasas sobre la piel del tronco", explica Campoy.
Fuente: www.correofarmaceutico.com
Por Gema L. Albendea .
Por Gema L. Albendea .